INTRODUCCIÓN:
Sweezy describe la economía política como un proceso de construcción e interrelación de conceptos que han sido despojados de todo contenido social, pero durante la aplicación real de ésta, menciona que los elementos sociales pueden ser introducidos por medio de exposiciones ad hoc, continuando así con el modelo materialista de Marx. En este sentido, salario se convierte en una categoría universal en lugar de una categoría adecuada a una forma histórica, de un contexto social concreto; por lo que la teoría económica es un proceso de construcción e interrelación de conceptos despojados de todo contenido social.
Sweezy cuestiona la inadaptabilidad del patrón construido mediante conceptos que carecen totalmente de contenido social, por lo que lo critica en la medida de esa inadaptación, ejemplificándolo en el caso del obrero que es explotado al recibir por salario menos que el valor del producto físico marginal de su trabajo. Estos conceptos los toma del lenguaje corriente, les extrae el contenido social y las categorías universales que resultan y los aplica indistintamente a toda clase de sistemas económicos. Así pues, el economista actual elude una exploración sistemática de aquellas relaciones sociales tan universalmente consideradas como concernientes a los problemas económicos, y que forman parte del lenguaje cotidiano del mundo de los negocios.
Por ello, hay que tener en cuenta la existencia de deficiencias en la economía política moderna, que hacen que se cuestione si es verdaderamente una ciencia social de las relaciones humanas, por lo que habrá que explorar otra manera de emprender el estudio de los problemas económicos. De aquí se asociará el nombre de Karl Marx.
1. EL MÉTODO DE MARX:
Marx practicaba lo que los teóricos modernos han llamado el método de las aproximaciones sucesivas, el cual consiste en una deducción pero en la que se eliminan las simplificaciones en la etapa correspondiente a la investigación, para así no desnaturalizar el objeto de estudio, de manera que la teoría pueda tomar en cuenta y explicar una esfera cada vez más vasta de fenómenos reales. En esta abstracción, hay que decidir cual se puede o no se puede hacer y cuando se puede o no hacer; por lo que surgen dos cuestiones. A saber: ¿Qué problema se examina? y ¿Cuáles son los elementos esenciales del problema? No existen dos investigadores que actúen, adecuen y utilicen sus materiales de la misma forma. Por ello Sweezy hace hincapié en la afirmación de Hegel, en que durante el proceso de comprensión científica, es de importancia distinguir y acentuar lo esencial en contraposición con lo denominado no esencial. En este sentido, la abstracción consiste en extraer la esencia o la substancia de los hechos, para hacer posible su análisis.
La actitud de Marx ante la economía política se formó y determinó mucho antes de que decidiera hacer los estudios económicos su principal ocupación. Para Marx, su principal preocupación, era la sociedad en su conjunto, y sobre todo el proceso del cambio social. Siendo de gran importancia la economía política, ya que en su esfera se encuentra el ímpetu del cambio social. Marx no trataba de reducirlo todo a términos económicos, sino que intentaba buscar la verdadera interrelación de los factores económicos y no económicos en el conjunto social.
Sweezy destaca de Marx el cómo utiliza los elementos del pensamiento de Hegel que hacían énfasis en el proceso y desarrollo mediante el conflicto entre fuerzas opuestas, y en cómo siguió los conflictos históricos decisivos hasta sus raíces en el modo de producción, descubriendo así lo que calificó como conflictos de clase. De ello se obtiene la idea deque las relaciones económicas esenciales son aquéllas que están debajo (superestructura subyacente) de las relaciones e interacciones sociales, y que se expresan o se materializan en forma de conflictos de clase; cuyo epicentro se encontraba en la propiedad de los factores de producción, pero no en base a la tierra o la renta en sí, lo cual consideraba una concepción equivocada, sino en base al capital: la fuerza que todo lo domina en la sociedad burguesa. la relación entre el trabajo asalariado y el capital determina el carácter de éste modo de producción; por lo que la sociedad conjunto se divide cada vez más en dos clases opuestas en su naturaleza material: la burguesía y el proletariado.
Marx analiza la realidad mediante un método histórico-materialista, pues la realidad social no es el proceso de cambio inherente a un juego de relaciones determinado en un momento concreto, sino un proceso histórico en sí: pues los sistemas sociales, recorren los ciclos de vida de los individuos que los reproducen, de manera que, el proceso del cambio social no es un movimiento puramente mecánico, sino que es el producto de la acción humana limitada de forma precisa por la clase de sociedad.
2. EL PROBLEMA DEL VALOR CUALITATIVO:
Sweezy habla de la mercancía como todo lo que se produce más como valor de cambio que como valor de uso –utilizando los términos de Marx–, por ello el estudio de las mercancías es el estudio de la relación económica del cambio. Por otro lado, el valor de cambio, –que es anterior a la división del trabajo, y por lo tanto es causa de ella– y la producción de mercancías es la forma de vida económica, que desde un primer momento en el que los productores eran dueños de sus propios medios, con la que satisfacían sus necesidades. Este es el comienzo del análisis de Marx sobre el valor de cambio, que en contraposición, para Adam Smith éste radicaba en el aumento de la productividad y la división del trabajo en base a la tecnología.
Marx no niega la existencia de una relación entre la producción de mercancías y la división del trabajo, pero no se trata de ningún modo de la firme y rígida relación que describe Smith. Para Marx, los productos frutos del trabajo, sólo pueden convertirse en mercancías, los unos con relación a los otros, como fruto de diferentes clases de trabajo. Por eso los economistas deben dirigir su mirada al carácter de las relaciones sociales subyacentes en la forma de mercancía.
Por otro lado, el valor de cambio es una forma exterior de la relación social entre los propietarios de mercancías, los productores individuales que trabajan aisladamente, en realidad trabajan los unos para los otros. Por así decirlo el cambio de mercancías es el cambio de productos del trabajo de productores individuales.
El trabajo abstracto, representado por el valor de las mercancías, es un concepto importante en el pensamiento marxista, esta expresión equivale a lo que es común a toda actividad productiva. De esta forma, la reducción de todo trabajo a un común denominador, no es una abstracción arbitraria dictada por Marx, sino una abstracción que pertenece al propio capitalismo. Asimismo, en la sociedad capitalista, una porción dada del trabajo humano se provee de acuerdo con la demanda cambiante, es muy importante el volumen total de la fuerza de trabajo social y su nivel general de desarrollo, por que de ello dependen las potencialidades productivas de la sociedad.
Marx dirá que en el valor de cambio, está sólo la forma fenomenal bajo la cual se oculta el valor mismo. De esta manera, la magnitud del valor expresa la conexión que existe entre cierto artículo y la parte del tiempo total de trabajo de la sociedad que se requiere para producirlo, la preocupación por las proporciones de cambio del trabajo ha hecho que se deje en segundo plano el carácter de las relaciones sociales.
Todo esto se tiene lugar bajo las condiciones de un capitalismo relativamente avanzado, señalando que en Europa Occidental durante los siglos XVII y XVIII, el productor individual trataba a su prójimo sólo a través del mercado, donde los seres humanos no son más que instrumentos, donde el proceso de producción tiene dominio sobre el hombre.
Conviene tener en cuenta que los únicos que se preocupan en poner al descubierto las relaciones sociales subyacentes en las formas de producción de mercancías son los críticos del orden social como Marx. En una sociedad capitalista, los individuos, como propietarios de mercancías, están en un plano de igualdad perfecta, sus relaciones mutuas no son las relaciones entre amo y siervo de un régimen de status personal, sino las relaciones contractuales entre seres humanos, libres e iguales. Sin embargo el obrero no advierte que su falta de acceso a los medios de producción lo obliga a trabajar en condiciones dictadas por otros.
Esto hay que tenerlo muy en cuenta, debido a que la producción de mercancías ha ocultado el verdadero carácter de las relaciones sociales a las que da cuerpo, ha creado la racionalidad económica sin la cual un pleno desarrollo de las fuerzas productivas sería imposible. Para finalizar hay que apuntar que según Marx el capitalismo sería un sistema social que tiene dominio sobre el hombre, educándolo hasta un punto en que es capaz de controlar su propio destino.
3. EL PROBLEMA DEL VALOR CUANTITATIVO
Marx nos hace esta afirmación: ”ninguna ley natural puede ser eliminada, lo que puede cambiar es la forma en que las leyes naturales operan , esto es precisamente el valor de cambio ;y descubrir la naturaleza de estas leyes es tarea del valor de cambio cuantitativo, y esto lo han explicado autores como Marx, diciendo que es una correspondencia entre las proporciones de cambio y tiempo de trabajo. Es importante saber la cantidad de trabajo y el tiempo utilizado para su realización. En este sentido en las páginas posteriores el autor se pone en marcha hacia una serie de posibilidades de cómo debe ser el trabajador y como el trabajo a realizar lo que deriva en una competencia entre los trabajadores y estoa a su vez deriva en el papel de la demanda, lo que los consumidores quieren y como lo quieren, aquí se centra en una serie de teorías que Sweezy recoge de autores como Marx, Keynes, Adam Smith, de cómo conseguir más productos, más mercancías y como dividir el trabajo para conseguir más demanda. Resumiendo esto en la ley de valor, tenemos que tener en cuenta, las proporciones de cambio de mercancías, la cantidad producida y la asignación de trabajo.
4. PLUSVALÍA Y CAPITALISMO:
el capitalismo convierte el trabajo y la fuerza de trabajo en una mercancía más, de manera que la relación M-D-M característica del sistema de producción simple, se convierte en una relación D-M-D en la que siendo el dinero el principio y el fin de las relaciones sociales y en las que todo es mercantilizado, el segundo D es cuantitativamente mayor que el primero, pero no cualitativamente: incremento que por otro lado, es el equivalente a la plusvalía.
Así pues, el origen de la plusvalía radica en la mercantilización de la fuerza de trabajo, no del trabajo en sí; pues lo que el capitalismo compra es la capacidad de hacer, el poder de trabajar, mediante el salario. En este sentido, el valor de la fuerza de trabajo está determinado por el tiempo de trabajo y lo que se produce en el mismo, y puesto que la fuerza de trabajo es un producto en sí, su valor corresponde al tiempo y los medios aplicados a su reproducción producción. En consecuencia a ello, el valor de la fuerza de trabajo es el valor de los medios de subsistencia del trabajador; y la plusvalía aparece cuando éste le confiere al producto de la fuerza de su trabajo, un valor muy superior al de los costes reales de su producción.
5. LA ACUMULACIÓN Y EL EJÉRCITO DE RESERVA.
El sistema capitalista opera en una situación que se puede denominar como “reproducción simple”; donde la producción, dividida en dos tipos –producción de medios de producción y producción de artículos de consumo: que a su vez se distinguen entre artículos de lujo y necesarios para la vida– es la oferta total de mercancías del sistema. Lo que da estabilidad al sistema es la demanda de mercancías, que es la que genera los ingresos, haciendo que el capital constante usado sea similar al de la producción total: de manera que el capital usado en la producción de artículos de consumo.
El sistema capitalista está sumergido en un modelo de “reproducción ampliada”: donde el capital está continuamente acumulándose en el ciclo D-M-D, en una continua reinversión para la obtención de una mayor plusvalía. Esto genera al capitalista un aumento y acumulación privada de capital, diferenciadamente de la necesaria para la reinversion en salarios y capital constante; lo que da lugar a que se ejerza presión en la demanda de mercancías, desviando así el precio de las mismas respecto a su valor real, permitiendo que se explote al trabajador, aumentando el plusvalor de las mercancías en base a la desigualdad entre fuerza de trabajo y salarios. Así entra en juego el concepto de Marx “ejército de reserva” o “población excedente relativa”, para referirse a los obreros desocupados, que mediante su competencia activa en el mercado de trabajo ejercen una presión constante hacia abajo, en el nivel de salarios. El empresario ha podido sustituir empleados por máquinas, para reducir el salario.
Según Marx, el ejército de reserva se forma mediante las innovaciones tecnológicas para economizar trabajo, y gracias a este, puede sobrevivir la plusvalía y la clase que ella sostiene. Además, a este respecto Sweezy destaca la idea errónea de suponer que la acumulación o bien la introducción de las máquinas para ahorrar trabajo marche a un paso igual, como para mantener un equilibrio entre los salarios y la plusvalía.
6. LA TENDENCIA DESCENDENTE DE LA TASA DE LA GANANCIA.
Para Marx, la tasa de ganancia es la fuerza que impulsa la producción del sistema capitalista, pues una mecanización progresiva del proceso de producción, que permite que con la misma cantidad de trabajo se pueda rendir más y generar un aumento de los beneficios; da lugar a que la productividad del trabajo crezca de forma continuada: por lo que la composición orgánica del capital crece también sostenidamente. De ahí derivó Marx su “Ley de la tendencia descendente de la tasa de la ganancia”: pues si la tasa de la plusvalía es constante, la tasa de ganancia varía en sentido inverso a la composición orgánica del capital; aunque esto puede ser simplemente una tendencia –ya que los cambios son imprevisibles y pueden balancear o modificar los efectos sobre los mismos– si se cumplen ciertas condiciones:
1ª. Abaratamiento de los Elementos del Capital Constante. El uso creciente de maquinaria, eleva la productividad de trabajo, lo que disminuye el valor por unidad del capital constante.
2ª. Aumento de la Intensidad de Explotación. Se trata de producir más en menos tiempo, sin afectar la cantidad de trabajo necesario, a través de los mecanismos de acelerar y estirar la jornada, lo cual eleva la tasa de ganancia.
3ª. Depresión de los salarios más abajo de su valor. Esto está determinado más por el mercado que por la voluntad de los capitalistas.
4ª. Sobrepoblación relativa o “ejército de reserva”. La existencia de trabajadores desocupados conduce a la creación de nuevas industrias con una composición orgánica del capital relativamente baja y una tasa de ganancia relativamente alta.
5ª. Comercio exterior. Abarata la adquisición de materias primas y artículos necesarios, frente a la producción nacional.
Así, la productividad creciente del trabajo es inherente a un abaratamiento del trabajador, y consecuentemente a una tasa más alta de plusvalía, incluso cuando los salarios reales se elevan, ya que estos nunca suben proporcionalmente a la fuerza de trabajo productiva. Un ascenso en la composición orgánica del capital significa necesariamente un aumento en la productividad del trabajo; por lo que Marx expone que una más alta productividad va invariablemente acompañada por una tasa más alta de la plusvalía, ya que el proceso capitalista de producción es esencialmente un proceso de acumulación.
La ley de la tendencia descendente de la ganancia formulada por Marx no es muy convincente, tal y como Sweezy lo explica, considerándolo como un hecho insostenible: lo que tampoco implica que no exista una tendencia de la tasa de la ganancia a descender como un rasgo básico del capitalismo, como ya apuntaban otros autores clásicos además de Marx. Lo que es cierto es que el aumento de la composición orgánica del capital tenderá a restablecer la tasa de la plusvalía, acrecentando así el volumen de la plusvalía mas allá de lo que este hubiera sido en ausencia del aumento de la composición orgánica del capital.
8. LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS
El modelo de transacción capitalista D-M-D, introduce la posibilidad de que se produzcan crisis de una índole nunca sospechada en una economía simple; pues si falla un comprador-vendedor, se produce una crisis en cadena pudiendo afectar a toda la economía, ya que da lugar a que coexistan mercancías invendibles y necesidades insatisfechas. En este sentido, cada productor ha producido más de lo que puede vender, haciendo que la crisis se materialice en una sobreproducción, como resultado. Así pues, hay que buscar las causas en la interrupción de la cadena compra-venta.
Según Marx, en la cadena de compra-venta no se está obligado a comprar solo por el hecho de haber vendido, produciéndose así la interrupción de la cadena y el posible origen de una crisis. Venta y la compra son dos procesos diferentes y diferenciados en el espacio y el tiempo, teniendo sólo en común el dinero como elemento de transacción; lo que significa que uno puede fallar sin que el otro lo haga, interrumpiendo así el equilibrio presupuesto y dando lugar a la crisis.
En la forma de circulación M-D-M propia del sistema de producción simple de mercancías, el propósito de cambio es el valor de uso y no el aumento del valor de cambio, es producción para el consumo. Pero en la forma D-M-D, tanto la “D” del principio como la “D” del final representan valor de cambio, y el objetivo es incrementar ese valor. Esto es lo que se quiere decir cuando se dice que el capitalismo es producción para obtener ganancia. Pero esto no significa que el modelo de circulación M-D-M deje de existir, ya que la gran mayoría de los trabajadores, la circulación será esta, con todo lo que ello implica (aumento de valor de uso). A este respecto, es erróneo pensar que el obrero tiene un deseo natural de obtener cada vez más ganancia. Por lo que ante la relación entre D-M-D y el problema de la crisis., hay que tener en cuenta que el interés del capitalista es elevar la tasa de ganancia (volumen del incremento de “D”, con relación a la magnitud de su capital original); mientras que en lo que referente a la posibilidad de crisis no hay diferencia entre la producción simple de mercancías (la relativa al M-D-M) y el capitalismo (D-M-D), ya que las irrupciones de compra-venta afectan al proceso en los dos casos. La diferencia está en que puede desaparecer la tasa de ganancia o volverse negativa, por lo que el incentivo de la producción capitalista dejara de existir.
sábado, 30 de enero de 2010
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