- UNA SONRISA CUESTA MENOS QUE LA ELECTRICIDAD Y DA MÁS LUZ -. Proverbio escocés

domingo, 31 de enero de 2010

TRABAJO DE GRUPO: TIGRES Y DRAGONES. Antonio Gracia - Ignacio Lorbe - Rodrigo de Rezende - Marcos Reguera.

ÍNDICE




I. INTRODUCCIÓN

II. INSTITUCIONES MONETARIAS

III. POLÍTICAS EN ABSTRACTO

IV. CASOS

i. Corea del Sur
ii. Taiwán
iii. Irlanda


V. METODOLOGÍA

VI. CONCLUSIONES

VII. GRÁFICOS Y ENTREVISTA

VIII. BIBLIOGRAFÍA




 Abstract

En este trabajo vamos a poner de manifiesto la incapacidad del Fondo Monetario Internacional para producir y desarrollar políticas económicas válidas para la consolidación de economías sanas y estables, suponiendo que éste fuese su principal objetivo, y la influencia nociva que este organismo económico internacional ha tenido y sigue teniendo en la economía tanto de países desarrollados como aquéllos que todavía no lo son. Así, para ilustrar nuestra afirmación, hemos elegido los casos de tres países de los llamados desarrollados, Taiwan, Corea del Sur e Irlanda, y sus respectivas crisis económicas que fueron provocadas por el seguimiento de políticas neoliberales diseñadas desde el FMI.








I. INTRODUCCIÓN

La crisis financiera tuvo su origen en Tailandia, que tras 10 años de altos crecimientos, sus exportaciones empezaron a decaer, los beneficios de las empresas eran menores, las deudas se amontonaron y la incertidumbre se adueño del mercado, por ello el gobierno de Tailandia devalúo el baht para bajar el precio de sus productos de exportación y estimular su venta. Otros países de Asia temiendo que sus exportaciones no fueran competitivas siguieron el ejemplo y devaluaron su propia moneda: los inversionistas internacionales comenzaron a retirar su dinero de esos países; como consecuencia la bolsa de valores asiática se desplomó y una crisis de grandes proporciones sacudió la economía del sudeste asiático. El sector privado de estas economías tenía un apalancamiento financiero elevado y la crisis del sistema financiero se trasladó al sector no financiero, a la economía real y consecuentemente a todas las economías similares.
Las devaluaciones de las monedas asiáticas tuvieron un efecto inflacionario en sus economías, con lo que al final las propias economías presionaron a sus bancos centrales para el aumento de los tipos de interés, con el agravamiento de la crisis como consecuencia más inmediata. A mediados de 1996 las exportaciones comenzaron a descender bruscamente y, entre otras cosas, por el posicionamiento competitivo de China en los mercados internacionales; comenzaron a aparecer signos preocupantes, entre ellos un déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, es decir, un aumento de las importaciones por encima de las exportaciones, sumado a un retraso cambiario de las monedas asiáticas frente al yen japonés que se había devaluado en un 40%. La fragilidad de la moneda se constituyo en un factor de amenaza para la recuperación de las exportaciones de los tigres que tiene como principal mercado la nación nipona.
El 2 de julio de 1997 se inicio la llamada crisis asiática, justo cuando se conocía la noticia en los mercados internacionales de la devaluación de la moneda tailandesa. Lo que provoco un efecto domino sobre las economías del este asiático: Malaisia, Indonesia, Filipinas, Taiwán, Hong Kong, Singapur y Corea del Sur. Al principio, lo que parecía ser una crisis regional terminó por expandirse por los principales mercados internacionales, desde Rusia hasta América Latina. Los acontecimientos que se sucedieron no fueron desconocidos:


 se derrumbaron los precios en dólares de los inmuebles en un 30%;
 se paralizaron los mega proyectos inmobiliarios suntuosos financiados por el ahorro externo que por años se canalizó al sector en cuestión;
 se produjo el deterioro de las carteras bancarias ante los préstamos incobrables;
 la cesación del crédito internacional para la región y una recesión de las economías reales.




II. INSTITUCIONES MONETARIAS


Funciones e Historia del FMI y del BM

• El FMI y el BM se originaron en la II GM como resultado de la conferencia de Bretton Woods, New Hampshire, en julio de 1944, y fueron parte del esfuerzo concertado para reconstruir Europa tras la devastación de la guerra y para salvar al mundo de depresiones económicas futuras. El nombre verdadero del Banco Mundial -Banco Internacional para la Reconstrucción y el desarrollo- refleja su misión original; la última parte, "desarrollo", fue (un) añadido tardío. En ese entonces el grueso de los países subdesarrollados eran aún colonias y se consideraba que los magros esfuerzos del desarrollo económico podrían o habrían de ser responsabilidad de sus amos europeos. [...]

• La ardua tarea de asegurar la estabilidad económica global fue confiada al FMI.

• Al FMI se le encargó impedir una nueva depresión global. Lo conseguiría descargando presión internacional sobre los países que no cumplían con su responsabilidad para mantener la demanda agregada global y dejaban sus economías se desplomaran. Si fuera necesario, suministraría liquidez en forma de préstamos a los países que padecieran una coyuntura desfavorable y fueran incapaces de estimular la demanda agregada con sus propios recursos. En su concepción original, pues, el FMI se basó en el reconocimiento de que los mercados a menudo no funcionaba. [...]

• El FMI surgió de la creencia en la necesidad de una acción colectiva a nivel global para lograr la estabilidad económica. [...]

• El FMI es una institución pública, establecida con el dinero de los contribuyentes de todo el mundo. Es importante recordar esto, porque el FMI no reporta directamente ni a los ciudadanos que lo pagan ni a aquellos cuyas vidas afecta. En vez de ello, reporta a los ministros de Hacienda y a los bancos centrales de los gobiernos del mundo. Ellos ejercen su control a través de un complicado sistema de votación basado en buena medida en el poder económico de los países a finales de la II GM. Desde entonces ha habido algunos ajustes menores, pero los que mandan son los grandes países desarrollados, y uno solo, los EEUU, ostenta un veto efectivo (de forma similar al consejo de seguridad de la ONU).

• El FMI ha cambiado profundamente a lo largo del tiempo. Fundado en la creencia de que los mercados funcionaban muchas veces mal, ahora proclama la supremacía del libre mercado con fervor ideológico. [...] Hoy el FMI típicamente aporta dinero sólo si los países emprenden políticas como recortar los déficits y aumentar los impuestos o los tipos de interés con lo que contrae la economía (cuando en origen su misión era ayudar a los países a llevar a cabo políticas expansivas). [...] El cambio más dramático de estas instituciones tuvo lugar en los años ochenta, la era en la que Ronald Reagan y Margaret Thatcher predicaron la ideología del libre mercado en los EEUU y el RU. El FMI y el BM se convirtieron en nuevas instituciones misioneras a través de las cuales esas ideologías fueron impuestas sobre los recientes países pobre que necesitaban con urgencia sus préstamos y subvenciones.

• A comienzos de los ochenta hubo una purga en el BM [...] Robert McNamara (fue) nombrado presidente del BM en 1968. Afectado por la pobreza que había contemplado en el tercer mundo, McNamara reorientó sus esfuerzos hacia su eliminación. [...] Pero con el cambio de guardia llegó un nuevo presidente en 1981 William Clausen (y trajo una nueva reorientación de las políticas económicas más interesadas en la búsqueda de rentas dentro de los esquemas neoliberales) [...]

• Aunque los objetivos de ambas instituciones seguían siendo distintos en esta época (los ochenta) sus actividades se entremezclaron de forma creciente. [...] Se suponía que el FMI se concentraba en las crisis, pero los países en desarrollo siempre necesitaban ayuda, de modo que el FMI se convirtió en ingrediente permanente de la vida de buena parte del mundo subdesarrollado.

• (Con la caída del bloque del este en 1989-92 el FMI quedó encargado de supervisar su tránsito a una economía de mercado, pero cuando los fondos del FMI resultaron insuficientes el BM entró en el proyecto siendo tratado como un socio menor conforme a los criterios dictados por el FMI) Regía en principio una división social del trabajo. Se suponía que el FMI en principio se limitaba a las cuestiones macroeconómicas del país en cuestión, a su déficit presupuestario, su política monetaria, su inflación, su déficit comercial, su deuda externa; y se suponía que el BM se encargaba de las cuestiones estructurales: a qué asignaba el gobierno el gasto público, las instituciones financieras del país, su mercado laboral, sus políticas comerciales. Pero el FMI adoptó una posición imperialista: como casi cualquier problema estructural podría afectar a la evolución económica, y por ello el presupuesto o el déficit comercial, creyó que prácticamente todo caía bajo su campo de acción.

• Esto en cuanto a funciones, orígenes e historia. Hay que anotar que Stiglitz ha sido economista jefe y vicepresidente senior del BM, por lo que se comprende que el foco de sus críticas recaigan sobre el FMI y apenas hagan referencia a las cometidas por el BM.



III. POLÍTICAS EN ABSTRACTO


 Para entrar…

Uno de los primeros errores que El Tesoro y El FMI cometieron fue considerar que el escenario asiático era similar al sudamericano donde el gasto público desmedido y monedas laxas condujeron a un panorama de inflación y enormes déficits. Antes de entrar en crisis el FMI y el tesoro de EEUU creían que la plena liberalización de la cuenta de capital ayudaría al más veloz crecimiento de la región, pero los países del este asiático no necesitaban capital adicional dada su elevada tasa de ahorro, y a pesar de ello se insistió en la liberalización de la cuenta de capital a finales de los ochenta y principios de los noventa.
No se trata sólo de que fueron las políticas de FMI las que llevaron a la crisis, sino también, las que impulsaron, a sabiendas de que había escasas pruebas de que esas políticas fomentaran el crecimiento, la crisis y abundantes pruebas de que imponían graves riesgos a los países en desarrollo. El FMI por supuesto, no estaba solo en su clamor en pro de la liberalización, el tesoro norteamericano que, como accionista mayoritario del FMI y el único con poder de veto cumple un papel crucial en la determinación de las políticas del FMI, ejerció un papel muy importante en las políticas que se aplicaron antes y durante la crisis.
El presidente William Clinton fue el encargado de reunir al G7 (Alemania, Francia, Italia, Gran Bretaña, Japón y Canadá) para coordinar soluciones para la crisis, como disminuir conjuntamente las tasas de intereses. De ahí surgió un compromiso con los 7 grandes para crear un fondo de contingencia destinado a los países en crisis. Los fondos que provendrían de un aumento de la cuota del FMI serían otorgados siempre y cuando los países con problemas cumplieran con determinadas políticas (Aplicar severas políticas fiscales).

 Para salir…

El FMI inyecto varias sumas de dinero en forma de paquetes de rescate para que los países en crisis sostuvieran sus tipos de cambio y dejaran de devaluar sus monedas. Pensó que si el mercado creía que había suficiente dinero en las arcas, entonces vería que no tenía sentido atacar las monedas, con lo que se restauraría la confianza. Pero esta medida lo que consiguió fue aumentar los niveles de deflación. El dinero sirvió, también, para entregar dólares a las empresas que se habían endeudado con los banqueros occidentales para devolver sus préstamos. Con esto se puede notar cómo se trato en parte de un rescate de los bancos internacionales.
No sólo se impusieron condiciones de subir los tipos de interés y reducir el gasto, sino que se plantearon exigencias adicionales para cambios tanto políticos como económicos, reformas profundas, como una mayor apertura y transparencia y mejoría en las regulaciones del mercado financiero. Dichas reformas y regulaciones no tuvieron finalmente más propósito que el de asegurar la macroestabilidad de la región promocionando las exportaciones sin suprimir los impedimentos en las importaciones lo que produjo un desequilibrio en la balanza comercial.
El FMI alegaba que la imposición de esas condiciones era lo más seguro, aportaba miles de millones de dólares y tenía la responsabilidad de garantizar no sólo que fueran devueltos, sino que los países hicieran lo correcto para restaurar su salud económica.
La liberalización de los sistemas financieros nacionales sin prestar atención a la existencia de una adecuada regulación, marcó una gran irresponsabilidad tanto por parte de los gobiernos afectados como de las organizaciones internacionales.
Al insistir en recomendar políticas contractivas el FMI exacerbó el contagio, la extensión de la recesión de un país al siguiente. Las políticas contractivas de un país no sólo deprimían la economía de ese país sino que ejercían efectos adversos sobre sus vecinos. El FMI dijo a los países que cuando afrontaban una desaceleración debían recortar su déficit comercial, incluso acumular superávit. Esta estrategia de preferenciar las exportaciones y continuar poniendo trabas a las importaciones llevo a que los mercados asiáticos se sobresaturasen de stocks propios impidiendo la reactivación del ciclo económico y prolongando su estancamiento.
El Estado ejerció presión para que los bancos con control estatal diesen préstamos a empresas con problemas de liquidez, aunque no fuesen operaciones beneficiosas para los bancos. Supuestamente estas medidas iban a impedir el derrumbe en los tipos de cambio, pero estos continuaron cayendo. La liberalización de los mercados de capitales sometió a los países en desarrollo a los caprichos racionales e irracionales de la comunidad inversora, a su exuberancia y pesimismo irracionales.
Durante más de setenta años ha habido una receta estándar para cuando un país se enfrente a una severa caída en la actividad económica. El gobierno debe estimular la demanda agregada mediante políticas monetarias o fiscales: recortar impuestos, subir gastos o flexibilizar la política monetaria. El FMI busco la restructuración corporativa antes que utilizar medidas correctas para lidiar con la crisis de Asia.


IV. CASOS

i. COREA DEL SUR


Este apartado pretende explicar las causas y consecuencias de la crisis financiera que se produjo en Corea del Sur en los años noventa del pasado siglo. Crisis ésta que, si bien se produjo en el entorno de crisis general que afectaba a otros países asiáticos (especialmente Tailandia, Malasia, Indonesia y Filipinas), presenta rasgos propios bien definidos.

LA CRISIS FINANCIERA DE COREA DEL SUR EN LOS AÑOS 97-98

En la primera mitad de los 90, Corea del Sur emprendió una serie de medidas diseñadas por el FMI que llevaron a una mayor apertura financiera. Por una parte, los grandes conglomerados empresariales locales (chaebols) se habían beneficiado de las, hasta ese momento, tímidas reformas y medidas aperturistas. Además las presiones internas para la reforma se sumaron a las condiciones exigidas para el ingreso en determinados foros internacionales. Para el caso de Corea del Sur, tendría especial peso el ingreso en la OCDE. De este modo, en los años previos al estallido de las crisis asiáticas, Corea del Sur llevó a cabo una reforma financiera un tanto acelerada y caótica que incluyó la desregulación del sistema financiero interno y la apertura de la cuenta de capitales sin acompañar el proceso de la correcta adaptación del sistema de regulación y supervisión financiera.
La mayor apertura propició la entrada de capitales. En 1994 las entradas de capital extranjero en Corea del Sur se habían multiplicado por más de dos, pasando de algo menos de 10.000 millones de dólares el año anterior a algo más de 22.000 millones el año 94. Los flujos de entrada siguieron creciendo hasta 1996, año en el que se situaron en unos 48.000 millones de dólares, para luego caer al año siguiente y registrarse una salida neta en 1998.
Las entradas de capital estaban compuestas, sobre todo, de deuda –en forma de bonos pero, sobre todo, en forma de préstamos y créditos a corto plazo–. Se trató, pues, de un proceso de sobreendeudamiento externo en el que la financiación tenía, además, un marcado carácter volátil. El sobreendeudamiento externo se tradujo en un sobreendeudamiento interno. A diferencia de lo que ocurrió en otros países asiáticos afectados por la crisis de 1997, en Corea del Sur no se registra, previamente al estallido de la crisis, el desarrollo de una burbuja inmobiliaria o bursátil. El gran volumen de crédito interno tampoco se destinó al consumo de bienes y servicios locales ni a un aumento de las importaciones. El grueso del crédito externo fue directa o indirectamente a financiar actividades productivas del sector manufacturero, generalmente ligadas, además, a actividades de exportación.
Este hecho es de suma importancia por lo que implica para la literatura sobre crisis financieras. En el debate sobre la distribución de pesos entre los factores a la hora de explicar las causas del estallido de una crisis, los analistas que ponen un mayor acento en las causas derivadas de los errores en la política económica local de los países que entran en crisis suelen esgrimir la aparición de burbujas inmobiliarias u otras asignaciones ineficientes del crédito interno como uno de los principales factores explicativos.
Sin embargo, en este sentido, el comportamiento de la economía surcoreana fue “correcto”: ni actividades improductivas y de alto riesgo, ni despilfarro de los recursos externos para financiar mayores niveles de consumo. Corea del Sur utilizó los flujos masivos de capital de los años 1993 a 1997 para financiar una actividad productiva manufacturera que había generado altos niveles de exportación y crecimiento para el país durante décadas.
Pero como las actividades a las que se asigna el crédito no lo son todo en la explicación del estallido de una crisis financiera, el hecho de que las inversiones financiadas con el boom de entradas de capital fueran productivas, no garantizó su correcta asignación. Con una mediocre regulación y supervisión financiera, resultado de una apertura financiera desordenada y rápida, la creciente financiación disponible terminó dirigiéndose –sin los suficientes requisitos de avales, sin el cuidado necesario en la concentración de riesgos, sin una evaluación adecuada de la capacidad de devolución del crédito por parte del deudor a una red empresarial crecientemente endeudada y decrecientemente rentable.
La sobrecapacidad productiva del sector manufacturero también derivó en un problema de sobreoferta que generó una caída de precios de diversos productos de exportación surcoreanos como los productos eléctricos y electrónicos o los semiconductores.
Unos años antes de este deterioro de los Fundamentals – aumento del crédito a actividades poco rentables y debilidades del aparato productivo, problemas en la cuenta corriente, y apreciación del won por la entrada masiva de capital externo y por la depreciación del yen – se sumó un choque externo que indujo el cambio de expectativas de los inversores internacionales.
Para la crisis surcoreana de 1997, este choque externo fue la crisis asiática que se había desatado meses antes en Tailandia. Así, Corea del Sur fue, al margen de los problemas económicos internos que pudiera estar sufriendo, un contagiado de una crisis que había estallado en otra economía. La crisis de balanza de pagos que había llevado a la flotación y desplome del baht tailandés en julio de 1997 se propagó a Filipinas, Malasia, Indonesia y Singapur. Con este último, los ataques comenzaron a dirigirse hacia economías más desarrollas y, en concreto, hacia los dragones asiáticos. Así, después del verano, la presión financiera recayó sobre Taiwán primero y, posteriormente, sobre Hong Kong y Corea del Sur. En noviembre de 1997, las autoridades monetarias abandonaron la paridad fija, el valor del won cayó a la mitad en dos semanas y el índice bursátil se desplomó.

En 1997 la economía de Corea no presentaba ni una moneda fuertemente apreciada ni un alto déficit por cuenta corriente, a diferencia de los países asiáticos que en 1996 presentaban uno o los dos problemas simultáneamente. En los 24 meses anteriores a la crisis el won coreano se apreció en términos reales sólo un 4,4%, cifra muy inferior a la de las monedas de los otros países asiáticos fuertemente atacados por la crisis (más del 12% en todos los casos). En 1997 el déficit por cuenta corriente de Corea fue de apenas un 1,7% de su PIB, una cifra muy inferior a la registrada, por ejemplo, por Tailandia (8%). Puede decirse que la crisis coreana no fue una crisis de balanza de pagos, sino una crisis provocada inicialmente por problemas de liquidez de los bancos y empresas que a la postre se convirtió en una crisis de solvencia internacional.

Con todo, la crisis coreana presentó causas comunes con la de otros países asiáticos; unas deficiencias macroeconómicas no convencionales junto con movimientos especulativos en los mercados de capital a partir del año 1997. ¿por qué se han venido llamando por los economistas las causas de la crisis causas no convencionales? Simplemente porque fueron diferentes a las causas que produjeron crisis en el pasado. Corea, como he comentado, no tenía ni un déficit presupuestario importante (1,7%) ni una alta inflación (4,4%). Corea presentaba antes de la crisis un crecimiento en torno al 5% de PIB y sus exportaciones aumentaban año a año, aumentando un 8% en 1997, el mismo año de la crisis. Aunque si es cierto que presentaba un alto cociente entre deuda externa a corto plazo y reservas en divisas (207%), así como un proceso de sobreinversión en sectores manufactureros con exceso de capacidad. Así mismo se produjo una liberalización financiera prematura e indiscriminada que provocó, a través del auge del crédito bancario al sector privado y de la fuerte entrada de capital extranjero a corto plazo, una debilidad del sistema financiero. Además, para rematar la puntilla, se produjeron fuertes ataques especulativos contra la moneda y la bolsa de valores que fueron los mayores causantes, o agravantes, de la crisis.

Las consecuencias de la crisis financiera fueron importantes; una caida del 7% del PIB en 1997, aumento de la tasa de desempleo de 2,4% antes de la crisis al 8,6% en febrero de 1999 e incremento de la pobreza de 11,4% en 1997 a 23,2% en 1998*

Cabe destacar, por otra parte, el poder de recuperación presentado por la economía surcoreana a partir del año 99. El PIB aumentó casi un 11% en este año (tasa más alta desde 1988 y la más alta de todos los países de Asia oriental). En Julio del 2000 el paro había bajado a niveles más acordes con la etapa anterior a la crisis y se situaba en un 3,7%



ii. TAIWÁN

La manera en que los bancos extranjeros en Taiwán habían logrado competir es a través de enfocarse al mercado de consumo, junto con hacer negocios con pequeñas y medianas empresas. La expansión de las exportaciones de los países del sudeste asiático hasta mediados de 1996 venían siendo elevadas, motivo por el cual la región había recibido una inyección de grandes préstamos, los cuales en lugar de volcarse al sector de la producción, lo hicieron sobre las inversiones especulativas concentrándose mayoritariamente en el sector inmobiliario. Como resultado de ello, se produjo una sobrevaluación de las propiedades y de las acciones inmobiliarias, seguidas por una debilidad cada vez mayor del sistema bancario en los respectivos países, en donde el común denominador fue el otorgamiento de préstamos sobre activos sobrevaluados.
Durante los años de auge económico en el sudeste asiático se practico un capitalismo entre amigos, el cual consistió en otorgar préstamos para inversiones dudosas a quienes simpatizaban con el gobierno, sin tener presente si eran o no solventes los prestatarios. A principios de los 90 los tigres adoptaron un aserie de medidas liberalizadoras para el conjunto de sus economías, aplicándose con un mayor acento en el sistema financiero, y levantándose las restricciones que existían en dicho sistema. Al mismo tiempo los gobiernos de estos países aplicaron políticas de privatizaciones de empresas del sector público con lo que el sistema financiero se expandió aumentando el número de créditos concedidos sin ningún control riguroso. Este fenómeno se vio forzado con la entrada de capital exterior, seducido por la alta rentabilidad que ofrecían estas economías. El verdadero problema que se estaba gestando en estas economías era la forma en que se estaban concediendo los préstamos; no se valoraba adecuadamente el riesgo asumido por parte de los prestatarios y el sistema financiero carecía de una regulación, un agente supervisor.
Características antes de la crisis:
• prioridad: avances tecnológicos y economía orientada fuertemente hacia las exportaciones (se beneficia al estar en APEC);
• su gran fuerte es la innovación, teniendo un gran número de patentes per cápita, siendo sólo superada por EE.UU. y Japón;
• las industrias mecánicas y petroquímicas consideradas estratégicas pertenecen a empresas públicas controlando que las importaciones no sean mayores que las exportaciones;
• el Estado mantiene una participación muy alta en el sector financiero;
• altos niveles de libertad en inversión, comercio, derechos de propiedad, libertad fiscal y libertad del gobierno;
• impuestos: la tasa impositiva al ingreso personal es alta, el impuesto corporativo es moderado, y el impuesto a las utilidades es bajo como porcentaje del PIB;
• alta calidad en cuanto a infraestructura, tiene mercados saludables y flexibles en general, y la fuerza laboral tiene buena educación y entrenamiento (recordar que la educación ha sido un factor particularmente importante dentro del desarrollo de la capacidad y de la innovación tecnológica de Taiwán. Para el este asiático era importante trabajar activamente para reducir la pobreza y limitar el crecimiento de la desigualdad, porque creían esas políticas eran importantes para preservar la cohesión social, y que dicha cohesión social era necesaria para generar un clima favorable a la inversión y el crecimiento).
La combinación de altas rentas de ahorro, inversiones públicas en educación y políticas industrial dirigida por el Estado, convirtió a la zona en una central de energía económica. Sin embargo, el crecimiento de los tigres se debió a los aportes de los capitales extranjeros, a importaciones de bienes, y a una política de bajos salarios. Con estas características es evidente que están padeciendo los efectos del intercambio desigual.
En el este asiático los Estados ayudaron a perfilar y dirigir los mercados, mientras que el consenso de Washington promulgaba unas políticas en las cuales el papel del Estado era mínimo, pero los países triunfaron no sólo a pesar de hecho de no haber seguido los dictados del consenso de Washington, sino porque no lo habían hecho. Todo lo que los tigres habían hecho era ahorrar mucho e invertir bien; las políticas gubernamentales habían cumplido un papel trascendental al permitir a las naciones del este asiático conseguir ambas cosas simultáneamente.



Breve ejemplo de un país de la semiperiferia


A continuación expondremos brevemente la situación económica por la que está pasando Irlanda, país que, como los anteriores, confío su política de desarrollo a las instituciones económicas globales y que con la crisis económica del año 2008 hubo de declararse en suspensión de pagos. Se trata de un caso muy similar al acontecido en los países del sud este asiático y consideramos que resulta interesante ver diez años después un caso parecido a los analizados anteriormente.

Hemos visto los efectos de las políticas del FMI en países dichos “en vías de desarrollo”. Quisiéramos ahora ilustrar, sucintamente, cómo se ven afectados también aquellas economías del llamado primer mundo – o aquellas estrechamente vinculadas a ellas, como los ‘eslabones débiles’ de la zona Euro: España, Grecia, Irlanda, Portugal – y cómo estas últimas sacrificaron su estabilidad económica y social en aras de teorías económicas que aunque dominantes dieron muestra una y otra vez de sus graves problemas. El tigre celta irlandés es un ejemplo paradigmático: alumno estrella de los neoliberales, la crisis del 2009 la golpea de manera a prácticamente anular los – cuestionables – beneficios traídos por más de una década de austeridad y concesiones al mercado.

iii. IRLANDA

¿Un tigre de papel?

¿Es posible el mantenimiento de una economía dónde no se crea valor? ¿Dónde la reproducción de la fuerza de trabajo queda en manos de un mercado cada vez más desregulado? ¿Una economía así es viable? El caso del llamado tigre celta responde a esas interrogativas con un “sí, pero”. Sí, tal estructura se puede mantener bajo las condiciones adecuadas, pero en tanto que el viento cambie puede que se lleve con él todo lo que parece ser estable. Todo lo sólido desaparece en el aire. Así han visto los irlandeses el fin de su sueño, de manera similar a lo que ocurrió en Asia a finales de la década pasada, en Argentina a principios de siglo o en la Rusia postsoviética.

Nos deparamos con las mismas políticas de fiscalidad limitada, tasas de interés altas, liberalización del comercio, de los mercados de capital, y de privatizaciones aquí impuestas por un gobierno liberal y no a la fuerza por las organizaciones financieras y crediticias internacionales, pero con las mismas consecuencias perversas.

La historia del tigre sobre el que aquí hablamos comenzó a finales de los ’80, con el Ministro de finanzas Ray Mac Sharry, apodado Mack Navaja por sus recortes presupuestarios, quien emprende las primeras reformas neoliberales a la imitación del entonces ascendiente modelo thatcherista.

En el periodo 1995-2007 Irlanda experimentó un crecimiento impresionante de su PIB (de entre 6 y 11% de 1995 a 2002 y de alrededor de 5% tras 2004) pasando de ser uno de los países menos afluentes de Europa occidental a uno de los más ricos, medido por PIB per capita. Eso se produjo en un contexto de tasación muy baja – la de las empresas oscilaba entre 10 y 12.5% - y ayudas europeas equivalentes al 4% del PIB.

Irlanda contaba además con una serie de ventajas. Entre ellas el ser un país de habla inglesa y situarse en el huso horario británico, cuya bolsa abre al cerrar la de Nueva York, y ser miembro del mercado común europeo. Todo esto asociado a sus beneficios fiscales y mano de obra relativamente barata, además de lazos históricos importantes, hacía de Irlanda un mercado perfecto para inversiones estadounidenses, donde efectivamente se asentaron numerosas empresas asociadas a las nuevas TIC.

La aparente bonanza – y digo aparente porque no llegó a importantes sectores de la población, de hecho agravando la desigualdad ya existente – vino asociada a una creciente dependencia de la economía a las grandes multinacionales, particularmente de Estados Unidos sin que se blindaran las debilidades estructurales de Irlanda. Además, el crecimiento del empleo se fundamentó en el sector servicios, mal pagado y precario. El gasto público disminuyó del 37% al 30% del PIB entre 1996 y 1999. La subida de los sueldos (de un 35% entre 1987 y 1999) vino acompañada de una subida del precio de la vivienda (104% en Irlanda, 136% en su capital Dublín), por mencionar solo un factor que la anula. El desarrollo produjo un tardío éxodo rural y supuso la entrada de centenas de millares de trabajadores extranjeros, muchos de los cuales se ven en la disyuntiva del paro y la marginación o el retorno o sus países de origen, todo esto junto a una política medioambiental laxa, en beneficio de las empresas y en detrimento del país.

Con la crisis, inexplicable para la economía al uso, Irlanda se ve ahora con un PIB contraído en un 10% en el 2009, una tasa de paro superior al 17% y pocas expectativas de recuperación, esta última, en palabras de Paul Krugman, solo puede venir desde fuera, con un repunte de las exportaciones, cosa que no parece probable a corto plazo.





V. METODOLOGÍA:


El trabajo tiene como fin el estudio de un tema concreto, estudio de las instituciones financieras, que maneja la hipótesis de que dichas instituciones actúan con una lógica distinta a las que motivaron su creación. Para verificar dicha hipótesis hemos optado por hacer un análisis de tres casos concreto que rebatan o asienten la información teórica de que disponemos. De esta forma vamos de lo general a lo particular, pero teniendo los casos prácticos como los verdaderos verificadores de la hipótesis.
El estudio se ha realizado con una mezcla de técnicas cualitativas y cuantitativas, primando la base cuantitativa mediante el análisis de fuentes de datos secundarios y encuestas de los organismos internacionales. La base cualitativa del estudio lo conforman las entrevistas, que nos dan el dato humano de la investigación, permitiéndonos conocer las organizaciones internacionales no sólo por lo que ellas dicen de si mismas, sino también por lo que la gente opina (o desconoce) de ellas.
El trabajo se ha desarrollado de forma grupal y el aprendizaje obtenido de esta forma de trabajar lo desarrollaremos a continuación en el siguiente apartado de conclusiones.


VI. CONCLUSIONES

 Del Tema de la investigación:

Los países asiáticos temían que las políticas del FMI les impidieran adoptar las medidas que pensaban podían contener la crisis, al tiempo que las políticas que recomendarían empeorarían el impacto sobre sus economías. Sabían lo que debían y podían hacer para prevenir una crisis y minimizar el daño, pero sabían que de tomar esas medidas el FMI les retiraría el capital internacional. Pero aún así, siempre se considero erróneo aplicar la receta pos efecto Tequila (México 1995), basada en el otorgamiento de préstamos a condición de realizar reformas de la economía, dirigida sobre todo a sanear el sistema bancario. Las políticas del FMI no sólo exacerbaron la recesión sino que en parte fueron responsables de que comenzara.
Lo curioso es que se cuestiona el modelo de los tigres asiáticos, pero no fue su modelo el que falló, sino las directivas enviadas desde el FMI, luego también las políticas erradas de los países asiáticos en un intento fallido de frenar la crisis y al mismo tiempo no perder los fondos internacionales, lo que hizo que los países aceleraran la liberalización de sus economías, provocando que estos entraran en crisis y luego estando en ésta se aplicaron las mismas medidas tomadas en su momento en América Latina sin contemplar que eran casos totalmente diferentes, lo que ayudo no a culminar la crisis sino a hacerla más severa de lo que hubiera podido ser. Paradójicamente, en la crisis del tequila en México al sufrir una crisis de confianza la huída de capitales fue a parar al sudeste asiático, pero cuando los tigres entraron en crisis, los capitales se fueron en busca de los países del primer mundo.
 Conclusiones generales del trabajo


Con esta investigación hemos querido poner de manifiesto el descrédito que las instituciones económicas internacionales como el FMI o el BM han venido demostrando y que dejan en evidencia que no están siguiendo los objetivos con los que supuestamente fueron creadas: Ayudar a los países en su desarrollo económico sostenible y a impedir el resurgimiento de crisis estructurales cíclicas.
Lejos de lograr estos ambiciosos objetivos, estas instituciones económicas no sólo no han repercutido positivamente en la creación de un sistema económico sostenible global, sino que han sido una herramienta más de los países ricos, especialmente Estados Unidos y la Unión Europea, en la consolidación de un sistema, el capitalismo, que al igual que sus instituciones como el FMI o el BM busca, desea y necesita el crecimiento económico aunque eso suponga perpetuar las desigualdades entre los distintos países.
Estas tesis vienen abaladas tanto por la teoría desplegada en el trabajo como por los estudios de caso. Éstos, muestran que las instituciones financieras estudiadas mostraron durante la crisis de los años noventa muy poca sensibilidad hacia los problemas reales de los países receptores de sus políticas, primando la macroestabilidad regional ante la recuperación específica de cada país.
Quiere decir esto que existe una profunda contradicción entre la función por la que fueron creados estos organismos y las prácticas que llevan realizando desde hace décadas. Se trata de instituciones que rodeadas de un alo de neutralidad, implementan políticas económicas estructurales en los países receptores que ni ayudan al desarrollo ni evitan las crisis, razones fundantes de dichas organizaciones.
Pensamos que se debería originar un debate internacional, en el que todos los actores internacionales reconocidos en el marco de las Naciones Unidas tuvieran voz y voto en la organización y estructuración de los organismos económicos internacionales que hasta el día de hoy sólo han servido para facilitar e implantar los intereses de los estados más poderosos. La necesidad de este debate viene avalado a su vez, por la total quiebra de confianza que estas instituciones han generado a raíz de la crisis económica explicitada en otoño del 2008 y el traspaso de sus competencias (sobretodo las del FMI) al G-20, demostrando así que estas organizaciones no están a la altura de los retos de la economía global y su necesidad de reforma o desmantelación.
A día de hoy esta propuesta resulta un tanto utópica teniendo en cuenta el estado de abandono en el que se encuentra la Organización de las Naciones Unidas y todos los organismos que deberían servir para trazar las pautas de actuación de los estados en un mundo cada vez más necesitado de propuestas y actuaciones que redunden eficazmente en un bienestar para sus ciudadanos y no sólo que sean un mecanismo de dominio de los estados más fuertes y poderosos y las multinacionales.
El cambio de paradigma, si bien resulta de extrema dificultad, mas aún en un mundo no precisamente sobrado de ideas renovadoras, también resulta necesario si queremos encontrar una forma de vida sostenible, democrática y justa.

 Conclusiones de trabajar en grupo; Con que nos quedamos y qué cambiaríamos si tuviéramos que hacer el trabajo de nuevo:

Trabajar en grupo siempre es un reto debido a la poca costumbre y conciencia en la importancia de elaboración colectiva que existe en nuestra universidad. Los límites de esa falta de conciencia por parte de alumnos y profesores la sufrimos cuando nos toca realizar un trabajo grupal pues es entonces cuando salen a relucir nuestras limitaciones. Hacer el trabajo en grupo nos ha fastidiado en un principio. Ponernos de acuerdo en conjunto para elegir el tema, para decidir los casos, para dibujar las hipótesis y construir el enfoque, es complicado si no se tiene experiencia de trabajo grupal, ya que hay que tener en cuenta a los compañeros y no se pueden hacer las cosas cada uno por sus cuenta. El inicio es complicado, pero tiene su recompensa. La recompensa viene cuando el trabajo individual se pone en común y entonces aparecen ideas que a uno sólo no se le habrían ocurrido. Es entonces cuando el trabajo gana profundidad y lo que en principio parecían ser fragmentos inconclusos toman una unidad y significado dificil de concebir en un inicio. La puesta en común del trabajo individual da un nuevo rumbo a la tarea, resolviendo algunos problemas de las limitaciones individuales pero sumándole otros nuevo por armonizar las partes.
De esto se deduce que el aprendizaje cuando se trabaja en grupo no se agota cuando las distintas partes ponen en común lo acordado, sino que es un proceso de aprendizaje continuo donde los retos por construir una unidad siempre invitan a seguir reflexionando colectivamente.

Esto es lo que hemos reflexionado sobre trabajar en grupo en general. En nuestro caso específico lo que tenemos es que la mayoría de los componentes ya nos conocíamos de antes de realizar este trabajo, pero nunca nos habíamos puesto a trabajar juntos. Eso nos resulto un problema al principio, porque cada uno teníamos distintas ideas de trabajo y de como enfocar esas ideas. Poco a poco nos fuimos poniendo de acuerdo desechando aquellas propuestas en las cuales no veíamos como podríamos repartirnos bien el trabajo.
Sobre esta primera parte de la elaboración lo que cambiaríamos es el nivel de detalle a la hora de formular las bases del trabajo. Hubo muchas reflexiones que dejamos para más adelante y que hizo que cuando trabajáramos solos tuviéramos dudas a cerca del plan general, lo que provocó despistes y dudas a la hora de enfocar las partes individuales. Si tuviéramos que hacerlo de nuevo lo que haríamos sería una planificación total, provisional y abierta de cómo debería ser el trabajo, para así no dejar tantos cabos sueltos.
Una vez que tuvimos más o menos claro qué íbamos a estudiar, estuvimos consultando bibliografía por nuestra cuenta y cada jueves poniendo en común lo que habíamos encontrado y lo que no.
Si tuviésemos que realizar otra vez esta parte de la investigación, haríamos un esfuerzo por mantenernos informados de nuestros avances con más constancia y profundidad, ya que consideramos (erróneamente) que la investigación de cada cual era cosa de uno y no de todos. Además, tendríamos que haber tenido un “Plan B” por si nuestra bibliografía nos fallaba, ya que hubo unos libros vitales para nuestra investigación tardaron demasiado en llegar a la biblioteca del centro y retrasaron el trabajo en general.
Tras haber reunido la información, la pusimos en común y entonces terminamos de decidir el rumbo del trabajo. En navidades cada uno se puso a redactar su parte y al final de las vacaciones nos reunimos para poner en común lo redactado y tratar de dar coherencia y unidad al texto final.
Sobre esta parte decir que tendríamos que haber puesto en común esa información según la íbamos recopilando y no al final, pues posiblemente el haberlo hecho así nos habría ayudado a hacer unas búsquedas más selectivas y profundas al complementar lo encontrado. La redacción del texto fue satisfactoria aunque tendríamos que habernos reunido con más tiempo para ensamblar y unificar del que nos dimos.
La presentación la preparamos a la vuelta de vacaciones y en el momento de diseñarla nos desbordó un mar de dudas. No sabíamos como realizar la exposición grupal. Cómo repartirnos el trabajo, qué se presenta, qué no, quién presenta qué. Finalmente decidimos evitar dos formas de presentación: 1. La lectura mutilada en cuatro partes lo que habíamos redactado, 2. Que cada uno no presentase sólo lo suyo. Evitando estas dos fórmulas lo que decidimos fue plantear una exposición de cuatro partes: Introducción, metodología, trabajo y conclusiones; en las cuales cada uno tuviésemos que comprometernos a hablar del trabajo en su conjunto (de la unidad) y no de una fracción propia o ajena, pues valoramos que lo importante era presentar el conjunto y no los detalles y esta era la manera de no mutilar en cuatro el trabajo.
A día de hoy seguimos pensando que la filosofía de la presentación era la correcta, pues ayudaba a preservar la unidad. El problema nos surgió cuando al tocar exponer, unas partes se presentaban con suficiente tiempo y otras demasiado resumidas. Tendríamos que haber unificado en una persona que hablase dos veces la introducción y las conclusiones, la presentación del trabajo se tendría que haber subdividido en presentación de la teoría y presentación de los casos concretos, cada parte asignada a un compañero, para así poder hablar con más profundiad de la investigación. Finalmente la persona de la metodología podría haber hablado a su vez de todos aquellos aspectos que en la presentación del trabajo hubiesen quedado poco claro dándole un enfoque desde la técnica.
Este es, en resumidas cuentas, el recorrido de nuestro trabajo y de nuestra experiencia como grupo. En líneas generales estamos contentos tanto de los resultados como del aprendizaje obtenido. Sólo ha habido una cosa que hemos echado en falta y es la poca teoría económica con que hemos contado para realizarlo. El estudio del caso concreto nos ha ayudado a conocer las dinámicas económicas específicas del caso pero no nos ha enseñado nada de fundamentos macroeconómicos, ya que el caso no nos obligaba directamente a acudir a estos. Con esta observación final, cerramos esta experiencia de trabajo colectivo que en el futuro nos ayudara a escuchar más a nuestros compañeros y nos ha aportado herramientas para generar dinámicas de trabajo grupal, un trabajo que potencia el conocimiento y cuyos retos nos obligan a no bajar la guardia y a estar dando siempre lo mejor de nosotros. Eso, se evalúe como se evalúe este trabajo, ya nos lo llevamos y vale más que un sobresaliente.

Muchas gracias.
VI. GRÁFICOS Y ENTREVISTA

Tabla 1.1 Crecimiento económico (% PIB) 1991 - 1995











Tabla 2.1 Variación del PIB en Asia oriental (en %), 1996-1999













Entrevista:
Taiwan y la crisis de los Dragones Asiáticos.


La siguiente entrevista consta de diez preguntas de respuesta libre. No es obligatorio responder a ninguna pregunta aunque se ruega dejar al menos un pseudónimo de identificación. El objetivo de la entrevista es analizar el impacto que tuvo en un residente de Taiwán la crisis crediticia de 1997-1999 con el fin de ver las impresiones que diez años después ha dejado dicha crisis y constatar si existe un recuerdo de la actuación del gobierno de turno y los organismos internacionales competentes.


1. Nombre y apellidos o pseudónimo:
José Ramón Álvarez


2. Profesión:
Profesor de universidad


3. ¿Cuánto tiempo lleva viviendo en La República de China? ¿Residía en La República de China en el periodo 1997-1999? si/no
Resido en Taiwán desde 1976



4. ¿Qué motivos le llevaron a vivir en La República de China?
Contrato de profesor del recién abierto Departamento de Español de la Universidad Fujen


5. ¿Recuerda la situación general del país en el periodo 1997-1999?
No muy bien ya que mi profesión no sufrió directamente de dicha crisis.


6. ¿Recuerda quién gobernaba en aquel momento? Aun no recordándolo ¿Qué impresión le queda del gobierno de aquellos años y de su capacidad de resolver los problemas de la gente?
Gobernaba el Komintang y Lee Tenghui era el presidente.
Los últimos años del KMT fueron buenos internacionalmente –Taiwan empezó a conocerse en el mundo- pero malos nacionalmente ya que todo empezó a politizarse con el problema de China.


7. ¿Te viste afectado por la crisis de 1997-1999? Si te viste afectado expón brevemente el cómo:
Mi trabajo de profesor universitario, que depende de una nómina fija, se ha visto afectado en la congelación – hasta hoy- de nuestro salario. Taiwan, desde el año 2000, no ha crecido económicamente.


8. ¿Qué significó la crisis para tu vida?
Nada en especial, excepto ganar cada día menos en relación al costo de vida..


9. ¿Algún amigo tuyo se vio afectado por la crisis económica?
Los comerciantes y empresarios fueron los más afectados.


10. ¿Recuerdas haber oído mención del Fondo Monetario Internacional o del Banco Mundial en aquellos años y en su implicación en la crisis? ¿Recuerdas algunos de sus consejos al gobierno o alguna de sus políticas implementadas en la isla?
Nunca me he interesado mucho por temas económicos. Del FMI o del BM solamente sabía lo que leía en la prensa diaria, pero sin darle mucha importancia.




Eso es todo muchas gracias por tu tiempo y colaboración.



Entrevista:
Taiwan y la crisis de los Dragones Asiáticos.


La siguiente entrevista consta de diez preguntas de respuesta libre. No es obligatorio responder a ninguna pregunta aunque se ruega dejar al menos un pseudónimo de identificación. El objetivo de la entrevista es analizar el impacto que tuvo en un residente de Taiwán la crisis crediticia de 1997-1999 con el fin de ver las impresiones que diez años después ha dejado dicha crisis y constatar si existe un recuerdo de la actuación del gobierno de turno y los organismos internacionales competentes.


1. Nombre y apellidos o pseudónimo:

Santiago Rupérez Durá



2. Profesión:
Ex Director de la Cámara de Comercio Española en Taiwán.
Ex Director de la Oficina de Representación del Banco Santander en Taiwán.


3. ¿Cuánto tiempo lleva viviendo en La República de China?
¿Residía en La República de China en el periodo 1997-1999? si/no: SI.
Más de 30 años.



4. ¿Qué motivos le llevaron a vivir en La República de China?
Estudios y trabajo.


5. ¿Recuerda la situación general del país en el periodo 1997-1999?
En 1997 el país aún se encontraba celebrando la primera elección democrática de su presidente Lee Teng-hui que ocurrió en 1996. En 1997 el volumen del comercio internacional de Taiwán aún siguió creciendo al ritmo que lo venía haciendo en años precedentes. La gran caída ocurrió en 1998 que si no recuerdo mal fue de un descenso superior al 8%. Esta situación creó una gran inquietud entre los empresarios taiwaneses que se vieron obligados a tomar las medidas pertinentes para superar la crisis. Afortunadamente en 1999 el volumen de su comercio internacional volvió a crecer al ritmo acostumbrado.



6. ¿Recuerda quién gobernaba en aquel momento? Aun no recordándolo ¿Qué impresión le queda del gobierno de aquellos años y de su capacidad de resolver los problemas de la gente?
Como indicaba anteriormente, el presidente del país era Lee Teng-hui y los esfuerzos que hizo su gobierno por salir de la crisis encontraron una gran acogida entre los diversos sectores de la sociedad taiwanesa.


7. ¿Te viste afectado por la crisis de 1997-1999? Si te viste afectado expón brevemente el cómo:
La crisis me afectó de una forma directa con notables pérdidas en mis inversiones en la Bolsa de Taipei.



8. ¿Qué significó la crisis para tu vida?
No me quedó más remedio que apretarme el cinturón y corregir mi estrategia de inversión para no volver a caer en los mismos errores.



9. ¿Algún amigo tuyo se vio afectado por la crisis económica?
No hubo nadie que no se escapara de los efectos negativos de la crisis. Incluso mis amigos con inversiones más seguras todos sufrieron daños importantes.


10. ¿Recuerdas haber oído mención del Fondo Monetario Internacional o del Banco Mundial en aquellos años y en su implicación en la crisis? ¿Recuerdas algunos de sus consejos al gobierno o alguna de sus políticas implementadas en la isla?
Por supuesto que oí mencionar tanto al FMI como al Banco Mundial, pero en estos momentos no recuerdo de los consejos y políticas que sugirieron al gobierno. Revisa tú mismo las directrices que marcó el gobierno taiwanés que fueron, a mi entender, muy efectivas.





Eso es todo muchas gracias por tu tiempo y colaboración.


VII. BIBLIOGRAFÍA

 Fuentes:

http://www.bancomundial.org/


http://www.imf.org/external/index.htm


http://www.ustreas.gov/


http://www.un.org/es/


http://www.apec.org/


http://www.ucm.es/info/eid/pb/jec98.htm
fecha: 20/10/09

http://www.ucm.es/info/eid/pb/BusteloChina2001.pdf
fecha: 04/12/09

http://www.ucm.es/info/eid/pb/ValladNov00.pdf
fecha:27/12/09

http://economia.unmsm.edu.pe/Docentes/RRocaG/Publi/Roca(1997)CrisisFinancieraInternacionalde1997.pdf
fecha: 07/01/10


 Corea del Sur:



 Instituciones financieras y políticas en abstracto aplicadas por las mismas:

Stiglitz, Joseph. El malestar en la globalización. Madrid: Taurus, 2002. ISBN: 84-306-0478-2.






 Taiwán:

Bustelo, P., C. García e I. Olivié (2000), “Crisis financieras en economías emergentes: enseñanzas de Asia oriental” Ediciones Cooperación al Desarrollo, Agencia Española de Cooperación Internacional, Madrid.

“BUSTELO, Pablo (1989) Los nuevos países industriales asiáticos desde 1945: milagros económicos o modelos de desarrollo” Universidad Complutense de Madrid (Tesis de Doctorado-Universidad Complutense de Madrid)

SACHS, Jeffrey (1999) “Reflexiones sobre la crisis asiática” Centro Español de Relaciones Internacionales, Madrid.

HERNÁNDEZ, Juan (1999) “Del 29 a la crisis asiática” Editorial Complutense, Madrid.

GARCÍA, Clara (2005) “Capital extranjero y política económica : las crisis financieras del sudeste asiático” Editorial: Fundamentos, Madrid 2005

 Irlanda:

CLIFFORD, Michael & MCCARTHY, Justine (2009). “So who got us into this mess?”. Sunday Tribune, 25/01.

COULTER, Colin & COLEMAN, Steven (2003). The end of Irish history?: critical reflections on the Celtic tiger (Palgrave, New York).

KEENA, COLM (2009). “Unemployment to hit 17%”. Irish Times, 29/04.

KIRBY, Peadar (2002). The Celtic tiger in distress: growth with inequality in Ireland (Palgrave, New York).

KRUGMAN, Paul (2009). “Erin Go Broke”. The New York Times, 19/04.

MOLONY, Senan (2009). “Lenihan has got figures «all wrong»”. Independent, 18/09.

sábado, 30 de enero de 2010

GERVASIO SÁNCHEZ: FOTÓGRAFO DEL DOLOR



Una joven madre dormida junto a su hijo. Una imagen llena de placidez hasta que el ojo repara en las prótesis de plástico y metal que sustituyen a sus piernas. Esta fotografía de Gervasio Sánchez, perteneciente a la serie Vidas minadas, es una de las miles realizadas a lo largo de 25 años en zonas de conflicto por el periodista cordobés Gervasio Sánchez. Su trabajo, su trayectoria, su compromiso con la fotografía como herramienta de denuncia de la violencia le han valido el Premio Nacional de Fotografía 2009.

TEORÍA DEL DESARROLLO CAPITALISTA : DE P. M. SWEEZY

INTRODUCCIÓN:


Sweezy describe la economía política como un proceso de construcción e interrelación de conceptos que han sido despojados de todo contenido social, pero durante la aplicación real de ésta, menciona que los elementos sociales pueden ser introducidos por medio de exposiciones ad hoc, continuando así con el modelo materialista de Marx. En este sentido, salario se convierte en una categoría universal en lugar de una categoría adecuada a una forma histórica, de un contexto social concreto; por lo que la teoría económica es un proceso de construcción e interrelación de conceptos despojados de todo contenido social.

Sweezy cuestiona la inadaptabilidad del patrón construido mediante conceptos que carecen totalmente de contenido social, por lo que lo critica en la medida de esa inadaptación, ejemplificándolo en el caso del obrero que es explotado al recibir por salario menos que el valor del producto físico marginal de su trabajo. Estos conceptos los toma del lenguaje corriente, les extrae el contenido social y las categorías universales que resultan y los aplica indistintamente a toda clase de sistemas económicos. Así pues, el economista actual elude una exploración sistemática de aquellas relaciones sociales tan universalmente consideradas como concernientes a los problemas económicos, y que forman parte del lenguaje cotidiano del mundo de los negocios.

Por ello, hay que tener en cuenta la existencia de deficiencias en la economía política moderna, que hacen que se cuestione si es verdaderamente una ciencia social de las relaciones humanas, por lo que habrá que explorar otra manera de emprender el estudio de los problemas económicos. De aquí se asociará el nombre de Karl Marx.

1. EL MÉTODO DE MARX:

Marx practicaba lo que los teóricos modernos han llamado el método de las aproximaciones sucesivas, el cual consiste en una deducción pero en la que se eliminan las simplificaciones en la etapa correspondiente a la investigación, para así no desnaturalizar el objeto de estudio, de manera que la teoría pueda tomar en cuenta y explicar una esfera cada vez más vasta de fenómenos reales. En esta abstracción, hay que decidir cual se puede o no se puede hacer y cuando se puede o no hacer; por lo que surgen dos cuestiones. A saber: ¿Qué problema se examina? y ¿Cuáles son los elementos esenciales del problema? No existen dos investigadores que actúen, adecuen y utilicen sus materiales de la misma forma. Por ello Sweezy hace hincapié en la afirmación de Hegel, en que durante el proceso de comprensión científica, es de importancia distinguir y acentuar lo esencial en contraposición con lo denominado no esencial. En este sentido, la abstracción consiste en extraer la esencia o la substancia de los hechos, para hacer posible su análisis.

La actitud de Marx ante la economía política se formó y determinó mucho antes de que decidiera hacer los estudios económicos su principal ocupación. Para Marx, su principal preocupación, era la sociedad en su conjunto, y sobre todo el proceso del cambio social. Siendo de gran importancia la economía política, ya que en su esfera se encuentra el ímpetu del cambio social. Marx no trataba de reducirlo todo a términos económicos, sino que intentaba buscar la verdadera interrelación de los factores económicos y no económicos en el conjunto social.

Sweezy destaca de Marx el cómo utiliza los elementos del pensamiento de Hegel que hacían énfasis en el proceso y desarrollo mediante el conflicto entre fuerzas opuestas, y en cómo siguió los conflictos históricos decisivos hasta sus raíces en el modo de producción, descubriendo así lo que calificó como conflictos de clase. De ello se obtiene la idea deque las relaciones económicas esenciales son aquéllas que están debajo (superestructura subyacente) de las relaciones e interacciones sociales, y que se expresan o se materializan en forma de conflictos de clase; cuyo epicentro se encontraba en la propiedad de los factores de producción, pero no en base a la tierra o la renta en sí, lo cual consideraba una concepción equivocada, sino en base al capital: la fuerza que todo lo domina en la sociedad burguesa. la relación entre el trabajo asalariado y el capital determina el carácter de éste modo de producción; por lo que la sociedad conjunto se divide cada vez más en dos clases opuestas en su naturaleza material: la burguesía y el proletariado.

Marx analiza la realidad mediante un método histórico-materialista, pues la realidad social no es el proceso de cambio inherente a un juego de relaciones determinado en un momento concreto, sino un proceso histórico en sí: pues los sistemas sociales, recorren los ciclos de vida de los individuos que los reproducen, de manera que, el proceso del cambio social no es un movimiento puramente mecánico, sino que es el producto de la acción humana limitada de forma precisa por la clase de sociedad.

2. EL PROBLEMA DEL VALOR CUALITATIVO:

Sweezy habla de la mercancía como todo lo que se produce más como valor de cambio que como valor de uso –utilizando los términos de Marx–, por ello el estudio de las mercancías es el estudio de la relación económica del cambio. Por otro lado, el valor de cambio, –que es anterior a la división del trabajo, y por lo tanto es causa de ella– y la producción de mercancías es la forma de vida económica, que desde un primer momento en el que los productores eran dueños de sus propios medios, con la que satisfacían sus necesidades. Este es el comienzo del análisis de Marx sobre el valor de cambio, que en contraposición, para Adam Smith éste radicaba en el aumento de la productividad y la división del trabajo en base a la tecnología.

Marx no niega la existencia de una relación entre la producción de mercancías y la división del trabajo, pero no se trata de ningún modo de la firme y rígida relación que describe Smith. Para Marx, los productos frutos del trabajo, sólo pueden convertirse en mercancías, los unos con relación a los otros, como fruto de diferentes clases de trabajo. Por eso los economistas deben dirigir su mirada al carácter de las relaciones sociales subyacentes en la forma de mercancía.

Por otro lado, el valor de cambio es una forma exterior de la relación social entre los propietarios de mercancías, los productores individuales que trabajan aisladamente, en realidad trabajan los unos para los otros. Por así decirlo el cambio de mercancías es el cambio de productos del trabajo de productores individuales.

El trabajo abstracto, representado por el valor de las mercancías, es un concepto importante en el pensamiento marxista, esta expresión equivale a lo que es común a toda actividad productiva. De esta forma, la reducción de todo trabajo a un común denominador, no es una abstracción arbitraria dictada por Marx, sino una abstracción que pertenece al propio capitalismo. Asimismo, en la sociedad capitalista, una porción dada del trabajo humano se provee de acuerdo con la demanda cambiante, es muy importante el volumen total de la fuerza de trabajo social y su nivel general de desarrollo, por que de ello dependen las potencialidades productivas de la sociedad.

Marx dirá que en el valor de cambio, está sólo la forma fenomenal bajo la cual se oculta el valor mismo. De esta manera, la magnitud del valor expresa la conexión que existe entre cierto artículo y la parte del tiempo total de trabajo de la sociedad que se requiere para producirlo, la preocupación por las proporciones de cambio del trabajo ha hecho que se deje en segundo plano el carácter de las relaciones sociales.

Todo esto se tiene lugar bajo las condiciones de un capitalismo relativamente avanzado, señalando que en Europa Occidental durante los siglos XVII y XVIII, el productor individual trataba a su prójimo sólo a través del mercado, donde los seres humanos no son más que instrumentos, donde el proceso de producción tiene dominio sobre el hombre.


Conviene tener en cuenta que los únicos que se preocupan en poner al descubierto las relaciones sociales subyacentes en las formas de producción de mercancías son los críticos del orden social como Marx. En una sociedad capitalista, los individuos, como propietarios de mercancías, están en un plano de igualdad perfecta, sus relaciones mutuas no son las relaciones entre amo y siervo de un régimen de status personal, sino las relaciones contractuales entre seres humanos, libres e iguales. Sin embargo el obrero no advierte que su falta de acceso a los medios de producción lo obliga a trabajar en condiciones dictadas por otros.

Esto hay que tenerlo muy en cuenta, debido a que la producción de mercancías ha ocultado el verdadero carácter de las relaciones sociales a las que da cuerpo, ha creado la racionalidad económica sin la cual un pleno desarrollo de las fuerzas productivas sería imposible. Para finalizar hay que apuntar que según Marx el capitalismo sería un sistema social que tiene dominio sobre el hombre, educándolo hasta un punto en que es capaz de controlar su propio destino.

3. EL PROBLEMA DEL VALOR CUANTITATIVO

Marx nos hace esta afirmación: ”ninguna ley natural puede ser eliminada, lo que puede cambiar es la forma en que las leyes naturales operan , esto es precisamente el valor de cambio ;y descubrir la naturaleza de estas leyes es tarea del valor de cambio cuantitativo, y esto lo han explicado autores como Marx, diciendo que es una correspondencia entre las proporciones de cambio y tiempo de trabajo. Es importante saber la cantidad de trabajo y el tiempo utilizado para su realización. En este sentido en las páginas posteriores el autor se pone en marcha hacia una serie de posibilidades de cómo debe ser el trabajador y como el trabajo a realizar lo que deriva en una competencia entre los trabajadores y estoa a su vez deriva en el papel de la demanda, lo que los consumidores quieren y como lo quieren, aquí se centra en una serie de teorías que Sweezy recoge de autores como Marx, Keynes, Adam Smith, de cómo conseguir más productos, más mercancías y como dividir el trabajo para conseguir más demanda. Resumiendo esto en la ley de valor, tenemos que tener en cuenta, las proporciones de cambio de mercancías, la cantidad producida y la asignación de trabajo.


4. PLUSVALÍA Y CAPITALISMO:

el capitalismo convierte el trabajo y la fuerza de trabajo en una mercancía más, de manera que la relación M-D-M característica del sistema de producción simple, se convierte en una relación D-M-D en la que siendo el dinero el principio y el fin de las relaciones sociales y en las que todo es mercantilizado, el segundo D es cuantitativamente mayor que el primero, pero no cualitativamente: incremento que por otro lado, es el equivalente a la plusvalía.

Así pues, el origen de la plusvalía radica en la mercantilización de la fuerza de trabajo, no del trabajo en sí; pues lo que el capitalismo compra es la capacidad de hacer, el poder de trabajar, mediante el salario. En este sentido, el valor de la fuerza de trabajo está determinado por el tiempo de trabajo y lo que se produce en el mismo, y puesto que la fuerza de trabajo es un producto en sí, su valor corresponde al tiempo y los medios aplicados a su reproducción producción. En consecuencia a ello, el valor de la fuerza de trabajo es el valor de los medios de subsistencia del trabajador; y la plusvalía aparece cuando éste le confiere al producto de la fuerza de su trabajo, un valor muy superior al de los costes reales de su producción.


5. LA ACUMULACIÓN Y EL EJÉRCITO DE RESERVA.

El sistema capitalista opera en una situación que se puede denominar como “reproducción simple”; donde la producción, dividida en dos tipos –producción de medios de producción y producción de artículos de consumo: que a su vez se distinguen entre artículos de lujo y necesarios para la vida– es la oferta total de mercancías del sistema. Lo que da estabilidad al sistema es la demanda de mercancías, que es la que genera los ingresos, haciendo que el capital constante usado sea similar al de la producción total: de manera que el capital usado en la producción de artículos de consumo.

El sistema capitalista está sumergido en un modelo de “reproducción ampliada”: donde el capital está continuamente acumulándose en el ciclo D-M-D, en una continua reinversión para la obtención de una mayor plusvalía. Esto genera al capitalista un aumento y acumulación privada de capital, diferenciadamente de la necesaria para la reinversion en salarios y capital constante; lo que da lugar a que se ejerza presión en la demanda de mercancías, desviando así el precio de las mismas respecto a su valor real, permitiendo que se explote al trabajador, aumentando el plusvalor de las mercancías en base a la desigualdad entre fuerza de trabajo y salarios. Así entra en juego el concepto de Marx “ejército de reserva” o “población excedente relativa”, para referirse a los obreros desocupados, que mediante su competencia activa en el mercado de trabajo ejercen una presión constante hacia abajo, en el nivel de salarios. El empresario ha podido sustituir empleados por máquinas, para reducir el salario.

Según Marx, el ejército de reserva se forma mediante las innovaciones tecnológicas para economizar trabajo, y gracias a este, puede sobrevivir la plusvalía y la clase que ella sostiene. Además, a este respecto Sweezy destaca la idea errónea de suponer que la acumulación o bien la introducción de las máquinas para ahorrar trabajo marche a un paso igual, como para mantener un equilibrio entre los salarios y la plusvalía.

6. LA TENDENCIA DESCENDENTE DE LA TASA DE LA GANANCIA.

Para Marx, la tasa de ganancia es la fuerza que impulsa la producción del sistema capitalista, pues una mecanización progresiva del proceso de producción, que permite que con la misma cantidad de trabajo se pueda rendir más y generar un aumento de los beneficios; da lugar a que la productividad del trabajo crezca de forma continuada: por lo que la composición orgánica del capital crece también sostenidamente. De ahí derivó Marx su “Ley de la tendencia descendente de la tasa de la ganancia”: pues si la tasa de la plusvalía es constante, la tasa de ganancia varía en sentido inverso a la composición orgánica del capital; aunque esto puede ser simplemente una tendencia –ya que los cambios son imprevisibles y pueden balancear o modificar los efectos sobre los mismos– si se cumplen ciertas condiciones:
1ª. Abaratamiento de los Elementos del Capital Constante. El uso creciente de maquinaria, eleva la productividad de trabajo, lo que disminuye el valor por unidad del capital constante.
2ª. Aumento de la Intensidad de Explotación. Se trata de producir más en menos tiempo, sin afectar la cantidad de trabajo necesario, a través de los mecanismos de acelerar y estirar la jornada, lo cual eleva la tasa de ganancia.
3ª. Depresión de los salarios más abajo de su valor. Esto está determinado más por el mercado que por la voluntad de los capitalistas.
4ª. Sobrepoblación relativa o “ejército de reserva”. La existencia de trabajadores desocupados conduce a la creación de nuevas industrias con una composición orgánica del capital relativamente baja y una tasa de ganancia relativamente alta.
5ª. Comercio exterior. Abarata la adquisición de materias primas y artículos necesarios, frente a la producción nacional.

Así, la productividad creciente del trabajo es inherente a un abaratamiento del trabajador, y consecuentemente a una tasa más alta de plusvalía, incluso cuando los salarios reales se elevan, ya que estos nunca suben proporcionalmente a la fuerza de trabajo productiva. Un ascenso en la composición orgánica del capital significa necesariamente un aumento en la productividad del trabajo; por lo que Marx expone que una más alta productividad va invariablemente acompañada por una tasa más alta de la plusvalía, ya que el proceso capitalista de producción es esencialmente un proceso de acumulación.

La ley de la tendencia descendente de la ganancia formulada por Marx no es muy convincente, tal y como Sweezy lo explica, considerándolo como un hecho insostenible: lo que tampoco implica que no exista una tendencia de la tasa de la ganancia a descender como un rasgo básico del capitalismo, como ya apuntaban otros autores clásicos además de Marx. Lo que es cierto es que el aumento de la composición orgánica del capital tenderá a restablecer la tasa de la plusvalía, acrecentando así el volumen de la plusvalía mas allá de lo que este hubiera sido en ausencia del aumento de la composición orgánica del capital.

8. LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS

El modelo de transacción capitalista D-M-D, introduce la posibilidad de que se produzcan crisis de una índole nunca sospechada en una economía simple; pues si falla un comprador-vendedor, se produce una crisis en cadena pudiendo afectar a toda la economía, ya que da lugar a que coexistan mercancías invendibles y necesidades insatisfechas. En este sentido, cada productor ha producido más de lo que puede vender, haciendo que la crisis se materialice en una sobreproducción, como resultado. Así pues, hay que buscar las causas en la interrupción de la cadena compra-venta.

Según Marx, en la cadena de compra-venta no se está obligado a comprar solo por el hecho de haber vendido, produciéndose así la interrupción de la cadena y el posible origen de una crisis. Venta y la compra son dos procesos diferentes y diferenciados en el espacio y el tiempo, teniendo sólo en común el dinero como elemento de transacción; lo que significa que uno puede fallar sin que el otro lo haga, interrumpiendo así el equilibrio presupuesto y dando lugar a la crisis.

En la forma de circulación M-D-M propia del sistema de producción simple de mercancías, el propósito de cambio es el valor de uso y no el aumento del valor de cambio, es producción para el consumo. Pero en la forma D-M-D, tanto la “D” del principio como la “D” del final representan valor de cambio, y el objetivo es incrementar ese valor. Esto es lo que se quiere decir cuando se dice que el capitalismo es producción para obtener ganancia. Pero esto no significa que el modelo de circulación M-D-M deje de existir, ya que la gran mayoría de los trabajadores, la circulación será esta, con todo lo que ello implica (aumento de valor de uso). A este respecto, es erróneo pensar que el obrero tiene un deseo natural de obtener cada vez más ganancia. Por lo que ante la relación entre D-M-D y el problema de la crisis., hay que tener en cuenta que el interés del capitalista es elevar la tasa de ganancia (volumen del incremento de “D”, con relación a la magnitud de su capital original); mientras que en lo que referente a la posibilidad de crisis no hay diferencia entre la producción simple de mercancías (la relativa al M-D-M) y el capitalismo (D-M-D), ya que las irrupciones de compra-venta afectan al proceso en los dos casos. La diferencia está en que puede desaparecer la tasa de ganancia o volverse negativa, por lo que el incentivo de la producción capitalista dejara de existir.

sábado, 9 de enero de 2010

ZAPATERO EN GUERRA



Tenemos un presidente que nos quiere hacer creer que ama la paz y el diálogo. Pero la realidad es otra, y mientras publicita y trata de vendernos su "Alianza de civilizaciones" España gasta en guerras imperialistas cantidades que ni siquiera el gobierno Aznar soñó.
Nunca España ha tenido tantos soldados desplegados a lo largo y ancho del mundo.
Mientras ZP y su amigo "Nobel de la Paz" diseminan paz y amor, el negocio de la guerra crece como nunca. Conviene recordar que España es el octavo mayor exportador de armas del mundo (mil millones de euros)y entre sus clientes, por poner sólo un ejemplo, está el también pacífico estado de Israel. Desde que el PSOE está en el gobierno se han incrementado las ventas de armas en un 130%. Métanse su paz, tolerancia y "Alianza de Civilización" por donde les quepa. ¡Cabrones!

viernes, 8 de enero de 2010

"THE ECONOMIST" CARGA CONTRA EL LIDERAZGO EUROPEO DE ESPAÑA

















Charlemagne
Old Spanish practices
Jan 7th 2010
From The Economist print edition

Spain now leads the European Union, but not by example






IN FEBRUARY 2005 Charlemagne spent a morning pestering voters in Barcelona for their views ahead of Spain’s referendum on the European Union’s planned Constitutional Treaty. It proved a tricky few hours. Voter after voter appeared baffled that their Yes might even be in doubt. “Pues hombre, cómo no?” replied one pensioner—or, roughly, “Of course I will vote Yes.” After further prodding, the pensioner offered an explanation. “We have to support Europe, because it means progress.”

Later that year, the constitution was killed off by No votes in France and the Netherlands, following heated referendum debates. (Reborn as the Lisbon treaty, a near-identical collection of rule changes, it came into force in December 2009.) But Spain’s referendum was never in doubt. The prime minister, José Luis Rodríguez Zapatero, toured the country talking about the tens of billions of euros in subsidies poured into Spain since joining the EU in 1986. Four out of every ten kilometres of Spain’s highway network were built with European money, Mr Zapatero told rallies: now, it was time to vote Yes “in gratitude”.

It was not just the money. Arguments for or against European integration are often expressed in terms of objective economics, or rational interests. But one of Europe’s little secrets is that Euroscepticism and Europhilia are not really determined by the head, but by the heart (and life-story). Who you are, and where you are from, matters more than any theory. For Britons, joining Europe in 1973 was overwhelmingly an act of economic pragmatism. For Spaniards old enough to remember Franco, joining the European Union felt like the capstone on a long process of liberation. Spaniards talk about “Europe” as bound up emotionally with the coming of democracy, with the release from isolation in a conservative, rural Iberian peninsula, even—in Barcelona—with the scrapping of Franco-era rules repressing the Catalan language. The phrase “European constitution” had positive overtones, thanks to Spanish reverence for their first post-Fascist constitution, drawn up in 1978 and still celebrated in an annual holiday.

All of this Euro-enthusiasm helps explain why Mr Zapatero’s government is making such a meal of the fact that Spain took over the six-month rotating presidency of the EU on January 1st. Five days in, a series of former Euro-bigwigs, among them the ex-president of the European Commission, Jacques Delors, arrived in Madrid to discuss Spain’s biggest ambition for its turn chairing ministerial meetings: the launch of a “2020 strategy” for Europe. This is a ten-year plan for boosting competitiveness and growth to help pay for Europe’s generous welfare systems. It follows another ten-year plan, the old “Lisbon strategy”, which failed wretchedly in its aim of making the EU “the world’s most competitive and dynamic knowledge-based economy” by 2010.

Alas, the reaction has been unenthusiastic. Spanish unemployment is heading close to 20% (double the average among euro-zone countries), following the popping of a housing bubble of monstrous proportions. It is worsened by a two-tier labour market in which a hard core of permanent workers is almost impossible to sack, shovelling the pain onto those on temporary contracts, all too often meaning the young and immigrants. Editorials across the EU have mocked the idea of Mr Zapatero advising Europe on economic recovery.

Outsiders’ hostility has other causes, too. Among these is belated shock that rotating six-month presidencies still exist. The Lisbon treaty creates a new standing president to chair meetings of national governments in the European Council, and a foreign-policy chief to chair meetings of foreign ministers. Brussels fizzes with rumours that the new council president, Herman Van Rompuy, who started work on January 4th, will be locked in a fight for airtime with Mr Zapatero. There is much sniffiness about Spain’s insistence on hosting an EU-US summit in Madrid this May, so that Mr Zapatero can welcome Barack Obama to Spanish soil, though—some say—Mr Van Rompuy should by rights host the summit in Brussels. Some of this is just snippiness from bored Eurocrats. But some of the hostility matters.

The refrain in Spain
In important ways, Spain symbolises, on a national scale, broader European trends. Its booming economy was hailed, for years, by those who (rightly) supported a model of EU enlargement based on competition, the removal of trade barriers, and catch-up growth. When Spain joined the block, it was a poor, rural, rather protectionist place. Long before the Polish plumber became a bogeyman, neighbours like France fretted about competition from cheap Spanish tomatoes and bricklayers. The deal, in effect, was for Spain to lift trade barriers and accept competition within the newly created single market in exchange for cash to modernise. For more than two decades, the results looked like a win for both sides. Spain modernised beyond recognition, and two-way trade with the rest of Europe boomed. Like it or not, Spain’s economic agonies are a blow to that convergence model.

Next, Spain’s rigid, overpriced labour market will be a test case for the euro zone, and whether countries that use the euro have the political will to regain competitiveness by lowering labour costs, now they cannot devalue their own currencies.

Finally, Spain offers warnings about being a midsized power, in an age increasingly dominated by emerging giants. Spain fought like fury to be invited to recent G20 summits. Mr Zapatero succeeded only in amplifying the sense that there were too many Europeans sitting at the table. The European Union, a bunch of midsized powers with lots of ideas about how the world should run its affairs—notably over climate change and financial regulation—should ponder Spain’s lesson. If you want your advice to be heeded, you need something credible to say.



Economist.com/blogs/charlemagne

miércoles, 6 de enero de 2010

EL VALOR DE LAS HEMEROTECAS



EL AÑO TERMINA CON 4.000.000 DE PARADOS (OFICIALMENTE).
TENEMOS LA TASA MÁS ALTA DE PARO DE LA UE.
TAMBIÉN LA TASA MÁS ALTA DE LA UE ENTRE PERSONAS MENORES DE 30 AÑOS (EL DOBLE DE LA MEDIA EUROPEA)
¿MOTIVOS PARA CREER?
DESDE LUEGO, NO EN USTED.

TELEVISIÓN PÚBLICA SIN PUBLICIDAD ¿QUIÉN LA PAGA?

Reproduzco un artículo publicado por el periodista Arcadi Espada en elmundo.es, que nos recuerda que la televisión pública es eso, pública, porque la pagamos todos. Tú también. Qué no nos vendan algo que estamos pagando como un regalo o una obra de caridad.

En los primeros día del año la audiencia de la televisión pública española ha subido de modo notable.
La razón básica es la ausencia de publicidad. A la gente le gusta ver películas sin cortes. Es meditable este asunto de la publicidad: sólo en los periódicos ha podido evadirse de su naturaleza fastidiosa, molesta. Reproducir en internet ese carácter ligero y hasta atrayente es uno de los trámites fundamentales del periodismo digital. En la televisión, por el contrario, la publicidad siempre ha supuesto un peaje desagradable. Es el caso de un artefacto que no ha conseguido un grado mínimo de amabilidad. La respuesta de los ciudadanos ante las películas y programas sin cortes es lógica. Ahora bien: no sé si saben que la pagan. Porque uno de los asuntos más espinosos de la nueva programación es que los ciudadanos no tienen conciencia de pagarla. Es urgente que lo sepan cuanto antes; que se les repita una y otra vez. Porque en caso contrario la aportación de la televisión española sin cortes a la cultura ibérica de la gratuidad puede ser realmente temible.
ARCADI ESPADA para elmundo.es

DÉJATE DE FOTOS Y PONTE A CURRAR

LOS AMOS DEL MUNDO

Reproduzco a continuación un articulo del escritor Arturo Pérez-Reverte, publicado en "El País Semanal" el 15 de noviembre de 1998, y que ahora, diez años después, parece una profecía de Nostradamus.

ARTURO PÉREZ-REVERTE


Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla antro del computador, su futuro y el de sus hijos.

Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro.

Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo.

Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden.

No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro.

Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia.

Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados.

Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja.

Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad.

Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, ¡oh, prodigio!, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no.

Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros.

Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros, y a veces con su puesto de trabajo, Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.

Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena.

Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza.